21/4/08

SOPA DE ALMENDRAS CON LANGOSTINOS


Empezamos por hacer un buen caldo de gallina. Usaremos media gallina, medio kilo de carne de vaca, una cebolla, un puerro, un nabo y abundante agua. Primero despojamos a la gallina de su piel y su grasa. Ponemos las dos carnes en agua fría para que se desangren un poco y, en una cazuela calentamos agua donde vamos añadiendo la cebolla troceada, así como el perro y el nabo. Allí lanzamos la gallina y la carne de vaca. Según va hirviendo irá soltando una espuma en su superficie, fruto de restos de sangre que se van coagulando, y con una espumadera la iremos quitando constantemente. Convendría dejar que hirviera mansamente unas tres horas y al cabo de las ellas, se cuela de todos los componentes y se deja enfriar en el frigorífico para que la grasa quede en una capa superficial. Se retirará con cierta facilidad, pero aún el caldo estará muy turbio. Para clarificarlo haremos lo siguiente.
Se baten tres claras de huevo con un picadito de puerro y se añaden al caldo dejando que hierva una media hora. Así se irá formando una costra en la superficie que una vez retirada dejará un caldo clarificado.
Llegados a este punto le añadimos una copa de jerez seco y ajustamos de sal y pimienta.
A medio litro de este caldo añadimos unos langostinos crudos, y llevamos al fuego hasta que empiece a hervir. Entonces se sacan los langostinos y se separan las colas, se pelan y se cortan en trozos grandes. Se hierve la nata y se mezcla con el caldo y finalmente se añaden almendras tostadas. Se dejan infusionar una media hora y se tritura todo de manera que quede parecido a un ajo blanco. Se pasa por un fino y se ajusta de sal.
A la hora de platear, se colocan los trozos de langostino en el fondo del plato, se sirve el caldo muy caliente y encima se adorna con unos filetes de almendra y algo de perifollo picado.
¡Que aproveche!

13/4/08

CREMA DE SETAS


Dar una receta de crema de setas es suponer que el lector será lo suficiente "cocinilllas" como para cambiar los ingredientes según temporada y según su propio gusto.
Esta receta la hice en otoño, el otoño de 2006, que fuen en mi tierra un buen año de "pardillas" llamadas clitocibe nebularis en los círculos micológicos.
Estas setas son ligeramente "tóxicas", o sea bastante indigestas si no se cumplen unas normas de cocinado. La primera vez que las cogí, hace ya unos 30 años, en las faldas de la sierra de Codés, allá por Aguilar de Codés, hice una cena para los amigos y casi todos nos pusimos malísimos al día siguiente, con vómitos y diarreas molestísimos. Desde entonces aprendí que para cocinarlas conviene o bien pelarles la cutícula del sombrero, o bien (lo que yo hago) darles un hervor de 3 minutos y lavarlas bien. Después de hacer eso las cocino como sea y nunca me ha vuelto a dar ningún disgusto.
Además de estas setas, usé también un puñadito de senderuelas (marasmius oreades) y una cebolla, un pimiento verde, una zanahoria y una patata. Pongo una cazuela a fuego suave con un poco de aceite de girasol y una nuez de mantequilla y rehogo las verduras bien picadas, de manera que se pochen lentamente con un poco de sal. Cuando ya están prácticamente hechas se añaden las setas y un buen chorro de Jerez seco. Se deja que se vayan reduciendo los líquidos y entonces se añade la patata triscada en trozos pequeños y se cubre con leche. Así se deja cocer hasta que la patata esté hecha. Finalmente todo va a la batidora y se le da la textura adecuada añadiendo, si fuera preciso, un poco más de leche y ajustando la sal y la pimienta.
En otra sartén se saltean ligeramente las senderuelas que se usan para adornar la crema.
Unas setas exquisitas para esta crema son los boletus, que hoy día se pueden encontrar congelados durante todo el año.
¡Que aproveche!

1/4/08

CREMA DE ALUBIAS CON COCOCHAS DE BACALAO


Un plato que en Kabanova servimos en copa, en una copa de helado en la que quepa una ración de "degustación", pero que perfectamente puede aumentarse la cantidad y resultará un primer plato contundente, incluso un plato único, según el apetito que se tenga.
Vamos a usar de ingredientes, unas alubias, cocochas de bacalao, un caldo de pescado, ajos, aceite y unas verduras para cocer las alubias (puerro, cebolla y tomate).
El aceite de ajos lo hacemos cociendo los ajos en láminas, sin dejar que se lleguen a dorar. En cuanto empiecen a tomar color, se sacan y se reservan.
Las alubias, previamente en remojo, se cuecen sin grasa, con media cebolla, un tomate y un puerro, quizás también media zanahoria. Una vez cocidas se trituran en una batidora con caldo de pescado y se pasan por un chino para que no quede ningún resto de pieles. Se añade un poco de nata líquida y se ajusta de sal, manteniéndolas bien calientes a la hora de servir.
Las cocochas, una vez bien limpias y cortadas (según su tamaño) en dos o tres trozos, las ponemos en un cazo con el aceite de ajos y las confitamos en él. Es decir, las cocemos un buen rato sin que en ningún momento lleguen a hervir, para que no se frían, sino que se cuezan.
En una sartén se fríen las láminas de ajo, esta vez hasta que se doren. Y ya sólo nos queda llenar la mitad de la copa con el puré de alubias y encima los trozos de cocochas y adornadas con láminas de ajos, unas hojitas de perejil y un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra.
Como bebida nos admite un crianza tinto o un blanco viura de barrica, incluso un buen rosado no demasiado frío.
¡Qué aproveche!