19/2/09

ALCACHOFAS FRITAS


Nuevamente están llegándonos al mercado unas alcachofas de la ribera extraordinarias. Además a un precio también muy interesante, por lo que estoy haciendo acopio de unos cuantos kilos para que no me pase lo del año pasado, que en el restaurante nos quedamos sin ninguna durante dos o tres meses.
Uno de los platos estrella y que recomiendan en algunas guías, porque a pesar de su sencillez, es un plato que gusta muchísimo es el que va a dar pie a la receta de hoy:

CORAZONES DE ALCACHOFAS FRITAS CON CINTAS DE PASTA AL FOIE Y TRUFA Y HUEVO ESCALFADO A BAJA TEMPERATURA.

La verdad es que el título es demasiado largo pero es descriptivo de todo lo que lleva. En realidad lo más importante es el principio, las alcachofas fritas y lo demás se debe considerar como la guarnición. Y como toda guarnición, hemos intentado que le vaya bien al protagonista pero cualquiera la puede sustituir por la que se le ocurra y le apetezca.

INDISPENSABLE: unas buenas alcachofas de nuestra tierra; nosotros las compramos en Calahorra y sin perder tiempo las limpiamos, cocemos y congelamos. Hay que quitar las primeras hojas, como dos capas, hasta que las que quedan sean tiernas y más blancas. Se cortan las puntas y finalmente se cortan a lo largo en dos trozos. Los tallos se pelan también muy ligeramente. Una vez limpias y cortadas se dejan en un recipiente con abundante agua y un chorrito de vinagre o limón, algunos le añaden un poco de harina.
Se pone agua con sal a hervir y allí se añaden las alcachofas y justo se dejan escaldar un momento.
Otra forma de prepararlas es echarlas directamente, sin deshojarlas, al agua hirviendo y al sacarlas se pelan muy fácilmente.
En seguida las ponemos extendidas en bandejas para congelar en el abatidor de temperatura o en casa, en el congelador. Una vez congeladas, las envasamos en bolsas y bien cerradas, pueden durar varios meses sin ninguna merma de textura, ni de gusto.
Cuando nos las piden, las sacamos directamente del congelador y las echamos a la freidora que estará a 180º. Allí están unos minutos hasta que se doran y de ahí a un papel absorbente para que pierdan aceite. Se salan con escamas de sal Maldon. Y punto. A comer.
¿Nuestra guarnición? Cocer unas cintas de pasta fresca casi, casi un momento para que queden al dente. Luego las ponemos en una sartén con un poco de grasa de foie y unas virutas de trufa. Al ponerlas en el plato de servir, las pulverizamos con un poco de aceite de trufa. Finalmente ponemos encima un huevo escalfado a baja temperatura, cuya forma de hacerlo será objeto de otra entrada...
¡Que aproveche!

8/2/09

TERRINA DE QUESO DE CABRA


Hace ya unos cuantos años, aprovechando unas vacaciones de verano y sobretodo aprovechando mi amistad y la bondad de la familia Paniego - Sánchez del Echaurren de Ezcaray, me pasé dos semanas en las cocinas de este famoso restaurante.

Metí un montón de horas hasta quedarme exhausto, porque el trabajo en una cocina profesional es intenso y me dediqué en cuerpo y alma a aprovechar de cada minuto. Allí estuve con mi bloc de notas apuntando todo lo que podía de las recetas que me iban asombrando, los trucos, las cantidades, los tiempos, los acompañamientos...

Allí aprendí cómo funciona una cocina durante todo el día y cómo funciona durante el "servicio", el estrés de ir recibiendo a los camareros con las comandas de unas doscientas personas que esperaban disfrutar durante un par de horas de los placeres gastronómicos.

La receta de hoy la aprendí allí, y luego, con algún pequeño toque mío, la ofrezco en KABANOVA donde, a pesar de los años, sigue llamando la atención como al principio.

Los ingredientes son 50 cc de aceite de oliva virgen extra que se ponen a calentar suavemente en una cazuela y donde se añaden 75 gr de queso de cabra, de rulo, desmigado que se va revolviendo con unas varillas; seguidamente se añaden 500 gr de queso cremoso tipo Fhiladelfia, también en trozos o mejor "desmigado" y se sigue revolviendo a fuego suave, hasta que ambos quesos y el aceite forman una masa homogénea.

Mientras hidratamos durante dos minutos dos hojas de gelatina y en una pequeña sartén o cacito, calentamos una copita de Jerez dulce y en ella disolvemos la gelatina. Esta mezcla y un puñadito de perejil picado seco la añadimos a la "masa" anterior de quesos y aceite y, revolviendo con las varillas, hacemos que todo se incorpore.

Dejamos enfriar un poco y preparamos un molde de terrina, una pudinera, y la forramos con papel film. Vaciamos la masa y la dejamos enfriar en la nevera para que coja consistencia de terrina.

A partir de unas horas ya podemos hacer uso, pero nos durará varios días, siempre que la dejemos en el frigo y envuelta con el film.

Al servir se cortan las rebanadas y por encima se espolvorea con sésamo tostado y se adorna con unos hilos de miel. Se ofrece con biscotitos o pan recién tostado.

¡Qué aproveche!