Aunque la foto, de hace unos meses, tiene 5 langostinos, por motivos de que fueran pares, ahora ponemos 6 por ración. Pero la receta, para el caso es igual.
Usamos langostinos frescos, pelados de sus cáscaras y limpios de sus tripas. Los restos de cabezas y cáscaras, se saltean en un poco de mantequilla, se les añade un chorrito de coñac y se flambean, luego vino blanco y un caldo de pescado y se dejan cocer unos minutos para luego colar en el chino y añadir una cucharada de tomate y dejar que tome la consistencia de una crema, para lo que también nos podemos valer de un poco de maicena exprés. Acabamos por darle el punto exacto de sal y pimienta.
Entonces se separan las "obleas" de pasta brick y se humedecen ligeramente con un trapo para cortarlas en cuatro.
Con un zanahoria y un puerro, cortados en juliana fina, en delgados bastoncitos, los blanqueamos en agua hirviendo y los vamos distribuyendo en los cuadrantes de pasta brick, se añaden unas escamitas de sal, una cola de langostino y se cierran los paquetes. Ya sólo falta tener la salsa caliente y freír los bricks con aceite más bien caliente. Para que no se abran, primero los sumergimos con ayuda de un tenedor, poco a poco para que se sellen bien las "juntas" y luego ya sin cuidado, hasta que queden dorados.
En la foto, la salsa la ponemos en una jarrita para que el comensal se sirva si quiere, y acompañamos con unos "granitos" de arroz salvaje frito y un poco de puerro, igualmente frito y crujiente.
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