1/4/11

CURRO

foto de casa curro de minube.com
Contaba Xavier Domingo en uno de sus artículos de Cambio16, y ya ha llovido mucho desde entonces, su experiencia gastronómica en un mesón en El Coronil, provincia de Sevilla, llamado Casa Curro. Y por la referencia actual que encuentro en el enlace que os doy, la filosofía del local debe seguir siendo parecida a la que nos narraba Xavier.
"Entrad y sentaos... quizás tengáis que compartir mesa con simpáticos desconocidos. En el patio y en el comedor cuelgan innumerables jaulas llenas de canarios... Llega Curro, gordo, coloradote, macizo. Pedidle el menú o la carta o preguntadle lo que tiene para comer. La respuesta es siempre la misma: Aquí no se disse lo que hay pa comer. Aquí se come lo que yo quiero, y si no les gusta, lo dejan.
Inmediatamente aparecen en la mesa una fuente con remolacha en ensalada, una ensalada de patatas, atún y huevo duro, un plato de jamón, chorizo y salchichón y mortadela y alguna otra cosa. Os vais sirviendo. Apenas habéis terminado reaparece Curro y os arroja en el plato unas croquetas y unas albondiguillas de misteriosa composición, y cuando aún no las habéis liquidado, llegan a la mesa los inevitables huevos fritos, recubiertos aquí de alubias verdes fritas con chorizo.
Pero esto no es más que la entrada. Ahora vendrá una fuente con escabeche de hígado y otros menudos y vísceras, plato cuyo consumo exige una especie de heroísmo. No, no seréis capaces de poder con él, y Curro, en su trajín de la cocina al comedor, os dedicará su primera sonrisa de triunfal desprecio. Sois ridículos, unos señoritos de mierda, que no sois capasses de comer ni de na.
A pesar de los signos de agobio que comenzáis a dar, Curro insiste. Aparecerán en la mesa unos filetes de lomo rebozado con tanto huevo que son más bien una tortilla de lomo rezumantes de manteca de cerdo.
Simple preparación para el plato fuerte: dos enormes ladrillos de filete de cerdo adobado y luego cocido horas y más horas, reseco y extraño, envueltos en patatas fritas con manteca de cerdo.
¡Canallas!... Ya no podéis más, ¿eh?... vais a dejar la mitad. Pues no se acaba ahí.
Curro advierte que ahora llega lo mejor y reaparece con unas tortillitas de patatas y tocino. Y claro está, obtiene la rendición incondicional.
¿Café o un digestivo? Viene el café y, con él, tres o cuatro botellas de elección tan surreal como el menú: una de licor de menta, otra de crema de plátano, la tercera de un jarabe incierto y, menos mal, una de brandy. Os podréis servir a voluntad.
La victoria de Curro es definitiva, y os entregará la cuenta de 700 pesetas con insoportable triunfalismo. Flojeras, más que flojeras, que no tenéis estómago ni tenéis na.
Salid a la calle y, encima, está lloviendo. Desde que se murió Franco, en Andalucía llueve más que en Galicia. Meditad, humanos, en la mutabilidad de las vanas cosas de este mundo. No caben consideraciones optimistas después de comer en donde Curro. Todo pasa, todo es poca cosa, y uno no es nada"

El artículo, del que no tengo la fecha concreta, está escrito, más o menos, al final de los 70, por lo que cualquier comparación puede ser odiosa, pero creo que el artículo vale la pena...