1/11/10

HONGOS



El sábado, a eso de las 8 de la tarde, todavía no habían cambiado la hora, llamaron a la puerta del restaurante. Eran dos jóvenes que habían aparcado la furgoneta justo en doble fila, y sin más preámbulos se presentaron como seteros y me ofrecieron una hermosa barca de boletus edulis.

El precio era bastante razonable, muchísimo más barato que en las fruterías, y el aspecto de las setas era francamente espectacular. Muy limpias, sanísimas, sin "habitantes" o sea sin gusanitos / larvas y duras, con los tubos de la esporada blancos, alguno empezaba verdear, la retícula del pie muy blanquecina. Lo que se dice impecables.












De manera que les cogí todas las que llevaban, en total algo más de 20 kilos y antes del servicio de la cena las acabamos de limpiar con cuidado y las fuimos guardando en la cámara.

Uno de los hongos, no llegó a acompañar a los demás.
Lo corté en láminas con la cortafiambres, a unos 3 mm. y lo fui extendiendo sobre un plato llano. lo rocié con un aceite virgen extra de arbequina, sal maldon en escamas, un spray de módena y rallé queso de Idiazábal como colofón.
Cada uno su tenedor y aquí paz y después gloria. ¡Qué maravilla de olor y gusto!


¡Que aproveche!

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