Hace diez días, pasé unos días de vacaciones por Cantabria y Asturias. He estado varias veces en ambas comunidades y suele ser unos de mis sitios preferidos para escapadas (además de mi querido Ezcaray). A veces aprovecho para llevarme la bicicleta y así disimulo un poco las comilonas que me pego por esos lares. Estos días pasados estuve en Laredo, Santillana (¡qué paseo tiene Santillana!), Ribadesella, Llanes, Villaviciosa, Gijón, Oviedo, Covadonga, Cangas de Onís y, en fin, algún paseo menos importante.
El litoral Cantábrico está de un verde brillante y, con la sequía que teníamos en el interior, allí nos pusimos de agua como sopas. Tuve que comprar zapatos nuevos en Ribadesella porque en Santillana casi acabamos nadando. Pero la otra cara de la lluvia es la vegetación que esas tierras consiguen.
Y a lo que voy ¡qué bien comimos! y a ¡qué buenos precios!.
En Cangas de Onís hice un poco de acopio de alimentos, mucho menos que lo que hubiera querido, porque pese a que esos días estuvieron lluviosos, el día que fuimos, hizo un calor tremendo (el día más caluroso del año, nos dijeron) y no recomendaba meter en el coche, con varios días de viaje por delante, quesos y embutidos, por cierto, perfectamente envasados, pero aún así...
Compré licores, orujos, y legumbres.
Y hoy he pensado que era un buen día para cocinar precisamente unas verdinas.
Las verdinas son unas "fabes", o sea unas alubias, que al parecer son típicas de Llanes. Súmamente finas y recomendables para cocinar con pescados y mariscos. También he de decir que son caras, las vi en varios mercados y en todos estaban a "no sé cuánto" pero "a bastante".
Como decía, hoy he pensado prepararlas y las he puesto por la mañana a remojo. Han estado unas 7 horas hinchándose y luego las he puesto como sigue:
He puesto en una cazuela unos trozos de cebolla, unas zanahorias, puerro, con su verde, y dos tomates de pera muy maduros, un chorrito mínimo de aceite de oliva, las verdinas y las he cubierto con agua, con agua de Ezcaray. Yo siempre cocino las legumbres con agua de Ezcaray, porque la de Logroño tiene mucha cal y las legumbres se hacen peor.
Las he puesto en placa eléctrica a fuego fuerte y cuando ha empezado un suave hervor, he bajado la potencia a casi el mínimo( a un 3 de 10), para que se hicieran a fuego muy lento. No les pongo sal; a las legumbres siempre les pongo la sal al final.
Cuando empezaban a "blandear" he sacado todas las verduras y las he puesto en la batidora con un poco del caldo, y bien batido lo he vuelto a poner en la olla.
Mientras, tenía por la nevera unos mejillones abiertos, un trozo de pulpo cocido y unos chipirones limpios. He troceado los chipirones y el pulpo y los he añadido a las alubias y finalmente, al cabo de otro buen rato, cuando las fabes ya estaban prácticamente hechas, he añadido los mejillones y he puesto en una sartén con un poco de aceite, unos ajos picaditos, pimentón (mezcla de picante y dulce, mitad y mitad) y sin nada más que calentar lo he añadido a la cazuela y he aprovechado para poner la sal.
He seguido con el fuego bajo otro cuarto de hora y punto.
La cata me ha parecido exquisita. De todas maneras, dejaré el guiso para mañana al mediodía y todos los sabores seguro que se han mezclado mejor.
Porla mañana haré unos cuantos kilómetros de bici para hacer apetito y estaré inquieto hasta que llegue la hora de comer.
Una botellita de Cecus crianza creo que hará el resto...
¡Que aproveche!
1 comentario:
que facil parece, pero claro primero hay que ir a por verdinas a LLanes...
lo bueno es que si llueve, igual me tengo que comprar zapatos
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