Con esta nueva entrada acabo el artículo que pub liqué en la Revista del Colegio de Médicos de La Rioja en diciembre de 1998.
El primer plato no queda muy claro en que consiste, pero parece que es una ensalada de setas. La reina de las setas para la ensalada es el boletus edulis, o sus parientes el aureus y el pinnicola. Para hacerlas, se cortan muy finamente en crudo y las láminas que resultan se aliñan con sal gorda, aceite y vinagre de Módena o limón; el resultado es una fuente de aromas deliciosos. Pero también se pueden hacer ensaladas de setas poniendo un lecho de lechuga, o endibias, o cogollos, berros, espinacas crudas, o achicoria y sobre ellas las setas rehogadas y aliñadas con el aceite en que se han hecho, vinagre, un poco de ajo picadito y pimentón dulce. Para esta fórmula, valen unas senderuelas, unos pie azules, las de cardo, las negrillas, las anguileras y tantas otras más, para hacer estragos en cualquier paladar agradecido.
Sobre el segundo plato, la olla podrida, ya dediqué un artículo completo, transcribiendo la fórmula que Xabier Domingo recuperó del Monasterio de Yuste. Sin duda la alegoría de una olla podrida para danzar deberá ser pesada, contundente, llena de formas, pero si vuelos, ni recogidas en el aire. Me imagino algo así como los anuncios de la tele con vacas lecheras bailando al ritmo de una música cualquiera.
Finalmente, para hacer un helado de vino podéis hacer primero un almíbar con ocho cucharadas de azúcar y ocho de agua, se cuece cinco minutos y se deja enfriar, luego se añade vino tinto previamente reducido a fuego fuerte y se lleva al congelador. Cuando empiece a congelarse se rompe bien con un tenedor y se mezclan dos claras de huevo a punto de nieve y se vuelve a congelar.
El resultado de la comida, va a ser seguro. El que después os toméis un café será obligado, la copa y el puro ya es otra cosa y que os apetezca bailar, va a depender de la compañía, pero por lo menos lo hemos intentado.
...Y así acababa aquel artículo gastronómico para comentar una noticia sobre un ballet de los sabores. Como la olla podrida y el helado de vino se merecen una explicación más detallada, os la prometo para un poco más adelante.
¡Que aproveche!
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