Hay una gran diferencia entre coger níscalos y comer níscalos. Yo reconozco que entrar en un pinar (o bordearlo) e ir cogiendo níscalos sanos uno tras otro hasta llenar la cesta en poco tiempo, es una gozada y además con la tranquilidad de estar seguro de lo que coges. Pero a la hora de comerlos, para mí, no es de mis setas preferidas, lo de "lactarius deliciosus" es un apelativo demasiado exagerado para las cualidades gastronómicas de estas setas. Pero la sopa que os presento , en la que el níscalo presta su sabor pero no su textura acorchada, merece la pena de hacer y probar.
SOPA DE NISCALOS
Ingredientes para 4 comensales: 200 gr. de níscalos (o rovellons), ¾ litro de leche, ½ litro de caldo de carne, sal, pimienta, nuez moscada, una cucharada de harina y otra de mantequilla, 4 yemas de huevo.
1. Se trocean los níscalos que previamente están bien limpios. Se ponen a cocer en la leche con un poco de sal y se dejan en un hervor suave durante 30 minutos.
2. En una sartén se dora la harina con la mantequilla y se va añadiendo el caldo hasta hacer una salsa espesa (roux) que luego la añadimos a la cazuela de la leche y níscalos. Dejamos cocer a fuego lento sin tapar durante otros 30 minutos y al final ponemos a punto con sal, pimienta y nuez moscada.
3. Al servir, muy caliente, se pone una yema de huevo en el centro y unas virutas de jamón.
¡Que aproveche!
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